miércoles, 5 de enero de 2011

Mudanza

Desde que recuerdo siempre he estado de un lugar a otro .................dejando mis huellas en cada casa...y algunas regiones del país.........sé por cuenta propia que mudarse es un gran duelo ..... ...........es como dejar  atrás toda la vida que habíamos hecho.....................quizás sea ese cafecito en la mañana en nuestra silla favorita o aquel rincón de aquella casa en donde te besastes con María o con Juana................en fin...............todos aquellos retazos de historias que dejamos.......es por eso que no es raro que los duelos DUELAN......y que la gente vuelva atrás con una especie de memoria miope donde solo hay algunos detalles..y los demás, estén tan difuso.... por ejemplo....puede que no te acuerdes del vestido de Juana (quizás porque no lo tenia puesto....y no te culpo) ....................... a esto es lo que yo llamo tener  una memoria miope...que solo se enfoca en detalles que a veces nos son tan DULCES.. otros TAN AMARGOS ....y uno que otro SINIESTRO...................................pero te apuesto a que te acuerdas de su olor....y de como besaba....y de como se acercaban........

Como les estoy diciendo...yo crecí a fuerza de mudanzas......me mudaba de colegio....de casa.....de región.....a veces hasta de familia.....y esto fue formando lo que soy ahora ...........una persona que a dejado retazos de su vida en muchas partes y siempre quiere recobrarlas.

A continuación quiero leerles un poema de fabio Morábito, un escritor Mexicano nacido en Egipto...cuyos poemas me son tan familiares a veces.....que no puedo hacer otra cosa que devorarlos.



                                                     Fabio Morábito



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MUDANZA

A fuerza de mudarme
he aprendido a no pegar
los muebles a los muros,
a no clavar muy hondo,
a atornillar sólo lo justo.
He aprendido a respetar las huellas
de los viejos inquilinos:
un clavo, una moldura,
una pequeña ménsula,
que dejó en su lugar
aunque me estorben.
Algunas manchas las heredo
sin limpiarlas,
entro en la nueva casa
tratando de entender,
es más,
viendo por dónde habré de irme.
Dejo que la mudanza
se disuelva como una fiebre,
como una costra que se cae,
no quiero hacer ruido.
Porque los viejos inquilinos
nunca mueren.
Cuando nos vamos,
cuando dejamos otra vez
los muros como los tuvimos,
siempre queda algún clavo de ellos
en un rincón
o un estropicio
que no supimos resolver.

Fabio Morábito.




Se les quiere...........Alej

 

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