viernes, 8 de junio de 2012

Maurice Utrillo

El ejercicio del trazo, puede marcarnos la vida como lo hacen los afectos, porque tienen aquella extraña capacidad de señalar lo que el ojo nunca ve, lo que el nervio nunca siente, lo que alma solo toca. Admirar a los pintores, dibujantes, calígrafos y demás genios del trazo, nos convierte en depositários de siluetas que se esconden de la realidad.

Maurice Utrillo ! pintor dónde la delicadeza y la fuerza del nervio se unen entre la tela y los tintes, y nos revelan ciudades tan provistas de fantasía que solo en la realidad pueden existir, pero que lamentablemente solo persisten en sus telas. El pintor es doblemente humano porque tiene la posibilidad de muchas realidades que siempre nos regalan a manos llenas.

Esta tela de Utrillo está hecha con la crudeza de la cal, pero a su vez nos deja la dulzura que a todos los que no conocemos la nieve sentimos al verla en una fotografía.


Coeur, Montmartre, Maurice Utrillo (1883—1955)



Y ésta otra, que nos deja con manchas de verde por todo el cuerpo.


The Berlioz House and, the Hunting Lodge of Henri IV (about 1917)



Chau gente...se les quiere un mundo....Alej:.

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